Tocó cara. Rompimos los cristales y nos escapamos por la puerta de atrás mientras sonaba la alarma de incendios. Con una litrona en la mano, la sangre hirviendo y el cáncer en los pulmones. Basta de andar, corrimos. Tiramos piedras, nos subimos a los tejados. Volamos. El miedo se ahogaba en el alcohol y las neuronas saltaban y corrían, y se retorcían contentas nadando en SPEED. Expulsamos el oxígeno que no nos dejaba respirar y volvimos a casa corriendo por las escaleras. Echamos abajo todos y cada uno de los muebles, rompimos todos los muelles. Mojamos las galletas en cerveza y tú te lo tomaste muy en serio.
Tiramos la moneda. Cara. En tu moneda, estadísticamente siempre, sale cara. Fuimos a por más piedras. Y te tomaste nuestro juego tan en serio, que la vida nos parecía una puta broma.
Para tí, de todavía yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario